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¡Escúchame, pueblo mío!
¡Prestadme atención, gente mía!
Sale de mí una instrucción,
mis normas son luz de los pueblos.
En breve aparecerá mi victoria,
está en camino mi salvación,
mi brazo gobernará a los pueblos,
las islas me están esperando,
confiadas en mi brazo poderoso.
Levantad los ojos al cielo,
bajad la mirada a la tierra:
el cielo se disipa como niebla,
la tierra se desgasta como ropa,
sus habitantes mueren como moscas;
pero mi salvación es para siempre,
mi victoria no se agotará.

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